Muy buen anuncio, y hace tiempo que la marca española nos sorprende gratamente.
Canción "Forever Young", acorde con el mensaje que quieren dar con el producto, un coche que no pasa de moda, que manda un mensaje claro a su público. Las agencias de publicidad suelen utilizar canciones que traducidas, mandan el mismo mensaje que quiere mandar a su público objetivo el producto. El grupo Queen tiene muchos ejemplos, desde Under Pressure, hasta The Show must go on, han sido utilzadas de esta manera.
Tambien me gusta como cambia la imagen, moda,etc..de los skaters, protagonistas del anuncio que facilitan la aparición del producto, el coche, al final del anuncio. Los publicistas saben que los anuncios molestan, y es mejor atraer la atención con acciones emocionales, y acabar con el mensaje real que quieren dar.
Me ha gustado mucho este anuncio.
viernes, 30 de enero de 2009
Seat IBIZA FOREVER YOUNG
miércoles, 14 de enero de 2009
Discurso de Barack Obama en Chicago
"¡Hola, Chicago! Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.
Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.
Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.
Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.
Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.
Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.
Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.
El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.
Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.
Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.
Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.
Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar.
Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca.
Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable.
A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.
A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino.
Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.
Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.
Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares.
Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.
Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.
Esta es vuestra victoria.
Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí.
Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.
Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.
Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.
Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.
El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.
Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.
Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.
Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.
Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal.
Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.
Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.
Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.
En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.
Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.
Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.
Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.
Y a aquellos estadounidense cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.
Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.
A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.
Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.
Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.
Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos. En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes. Sí podemos.
Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada. Sí podemos.
Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos". Sí podemos.
Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.
Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.
Sí podemos.
Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?.
Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento.
Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.
Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América."
Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.
Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.
Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.
Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.
Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.
Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.
El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.
Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.
Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.
Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.
Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar.
Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca.
Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable.
A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.
A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino.
Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.
Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.
Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares.
Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.
Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.
Esta es vuestra victoria.
Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí.
Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.
Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.
Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.
Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.
El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.
Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.
Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.
Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.
Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal.
Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.
Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.
Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.
En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.
Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.
Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.
Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.
Y a aquellos estadounidense cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.
Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.
A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.
Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.
Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.
Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos. En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes. Sí podemos.
Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada. Sí podemos.
Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos". Sí podemos.
Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.
Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.
Sí podemos.
Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?.
Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento.
Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.
Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América."
lunes, 12 de enero de 2009
Danone. Ejemplo de Marketing
Todos aquellos a los que nos gusta la publicidad, observamos dos aspectos relevantes en las campañas del Grupo Danone. Desde hace unos meses, la estrategia es clara, está muy definida por el Departamento de Marketing de la multinacional francesa.
El posicionamiento de marca es la imagen que tienen los consumidores de una marca comercial. Es uno de los objetivos principales del Marketing, realizar acciones en el precio, el producto, la comunicación y la distribución, que consigan posicionar a la marca en el lugar ideal que se definió. Son las 4 palabras básicas del Marketing, lo que inglés se conoce como las 4 P´s del Marketing, product, price, place and promotion. Esto es el marketing, la publicidad es sólo una parte de la P de promotion.
Desde hace unos años Danone empezó a nombrar a cada uno de sus productos con un nombre específico, las natillas se llamaron Danet, o los Petit Suisse pasaron a conocerse como Danoninos. Los consumidores relacionaban el producto de Danone con el nombre genérico, hecho del que se beneficiaban sus competidores. La diferenciación de la competencia fue uno de los cambios más relevantes que ha hecho Danone desde hace unos años.
En la actualidad están concentrando sus esfuerzos en dos acciones. Primero,Crear rutinas, “necesarias”, entre sus consumidores, y segundo, destacar que no producen productos para otras marcas. Me parece impresionante lo que hacen, muy destacable. En todos los anuncios actuales de Danone, el final es fuerte y directo, “Danone no hace productos para otras marcas”. Esto demuestra lo bien que trabaja la empresa francesa, están cerca del consumidor final, es el marketing orientado al cliente, lo que se desarrolla en la actualidad, la opinión del cliente es lo verdaderamente importante y tenemos que estar atentos para satisfacer su demanda, sus necesidades. Desde hace un tiempo se dice en la calle que las marcas blancas están producidas por las grandes multinacionales que luego venden sus productos a Mercadona, Eroski, o similar, y cierto es, está claro que estas marcas blancas no pueden tener fábricas de todos los productos que venden, pero Danone quiere dejar claro entre los consumidores que ellos no venden sus productos a otras empresas, que sus productos sólo se venden bajo el nombre comercial único de lsus propias marcas. Crear rutinas. Es de fácil lectura lo que intenta Danone, y de hecho en mi madre lo ha conseguido, “hay que tomarse un actimel cada día”, o el plan activia con los yogures. Quieren crear rutinas de consumo, rutinas alimenticias con sus productos, educar a los consumidores para que sientan necesario tomar algún producto con asiduidad, esto aumenta el consumo, y por lo tanto las ventas. Kellog´s hace lo mismo con su estrategia de los 15 días Special K.
El Marketing mueve el mundo, sin duda.
El posicionamiento de marca es la imagen que tienen los consumidores de una marca comercial. Es uno de los objetivos principales del Marketing, realizar acciones en el precio, el producto, la comunicación y la distribución, que consigan posicionar a la marca en el lugar ideal que se definió. Son las 4 palabras básicas del Marketing, lo que inglés se conoce como las 4 P´s del Marketing, product, price, place and promotion. Esto es el marketing, la publicidad es sólo una parte de la P de promotion.
Desde hace unos años Danone empezó a nombrar a cada uno de sus productos con un nombre específico, las natillas se llamaron Danet, o los Petit Suisse pasaron a conocerse como Danoninos. Los consumidores relacionaban el producto de Danone con el nombre genérico, hecho del que se beneficiaban sus competidores. La diferenciación de la competencia fue uno de los cambios más relevantes que ha hecho Danone desde hace unos años.
En la actualidad están concentrando sus esfuerzos en dos acciones. Primero,Crear rutinas, “necesarias”, entre sus consumidores, y segundo, destacar que no producen productos para otras marcas. Me parece impresionante lo que hacen, muy destacable. En todos los anuncios actuales de Danone, el final es fuerte y directo, “Danone no hace productos para otras marcas”. Esto demuestra lo bien que trabaja la empresa francesa, están cerca del consumidor final, es el marketing orientado al cliente, lo que se desarrolla en la actualidad, la opinión del cliente es lo verdaderamente importante y tenemos que estar atentos para satisfacer su demanda, sus necesidades. Desde hace un tiempo se dice en la calle que las marcas blancas están producidas por las grandes multinacionales que luego venden sus productos a Mercadona, Eroski, o similar, y cierto es, está claro que estas marcas blancas no pueden tener fábricas de todos los productos que venden, pero Danone quiere dejar claro entre los consumidores que ellos no venden sus productos a otras empresas, que sus productos sólo se venden bajo el nombre comercial único de lsus propias marcas. Crear rutinas. Es de fácil lectura lo que intenta Danone, y de hecho en mi madre lo ha conseguido, “hay que tomarse un actimel cada día”, o el plan activia con los yogures. Quieren crear rutinas de consumo, rutinas alimenticias con sus productos, educar a los consumidores para que sientan necesario tomar algún producto con asiduidad, esto aumenta el consumo, y por lo tanto las ventas. Kellog´s hace lo mismo con su estrategia de los 15 días Special K.
El Marketing mueve el mundo, sin duda.
TERRITORIO OCUPADO
¿Palestina o Territorio Ocupado?
“La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas o sentimientos que en realidad no se tienen”.
Me sorprendo cuando escucho: “Hamas es un partido político formado por terroristas”, “Los palestinos utilizan a niños como escudos humanos…”. Puede que sea cierto, no lo dudo, puede que los métodos palestinos no sean racionales, pero lo son los métodos judíos? Nada más lejos de la realidad. Los palestinos son los oprimidos, no los judíos, no se olviden. El problema de Palestina viene de lejos, no es actual, son muchos años educándose contra sus invasores, contra un pueblo que apareció y se apropió de terreno y vida que no les pertenecía. Hace unas décadas un pueblo nómada, judío, tuvo que instalarse en un terreno del que pudieran apropiarse fácilmente. Con la ayuda de EEUU, y la aprobación de las creencias religiosas, Palestina tuvo un nuevo vecino, sin saber, que en unos años mandaría “la ley del más fuerte”, como pasaba con los invasores, que siglos atrás campaban por el mundo, dirigidos por Hen His Khan en Asia, o Atila, el rey de los Hunos.
Me gustaría ver a los mallorquines o los canarios, si los alemanes se empezaran a adueñar de sus tierras por la fuerza, apoyados por las potencias mundiales, y viendo como el mundo no mira atrás…como reaccionaríamos si no tuviéramos nada? Si no viviéramos en un país desarrollado?
Vivimos en un mundo justo? O resulta que igual que algunas personas tienen más carisma o influencia, algunos países mueven el mundo, con sus millones de personas dentro?
Israel es un país dirigido por políticos marionetas de EEUU, y apoyados por los grandes judíos del mundo, dueños de los medios de comunicación americanos, o de las empresas de automoción más fuertes del mundo…Ni la ONU, ni los países que dicen defender los derechos humanos tienen valentía para opinar y actuar contra un ataque sin sentido, sin razón, sin vida, sin honor…
Hamas es un partido terrorista? Puede ser...Crees que hay alguna familia en Palestina que no le hayan matado a algún familiar cercano los ataques “selectivos” de Israel?
Yo no se que piensan, pero si no tienes nada, sólo tienes la revolución, social, cultural, y política.
Me indigno cuando veo a los palestinos gritando con metralletas por las calles, y nuestros amigos europeos más cercanos te dicen: “es que están locos, míralos”. Para mi son actitudes derivadas de muchos sentimientos arraigados, al igual que en España se llora en Semana Santa por las figuras religiosas más significativas. Sabes que piensan los no católicos cuando ven a miles de personas llorando y gritando para tocar una figura de madera?
Al final todo es cultura, educación, y costumbres, nada nos diferencia de ellos, somos iguales, con más suerte, pero no dejemos de mirar atrás, porque la revolución es la respuesta a todo lo injusto. Cada país a su manera, pero revolucionarios, si nos callamos nos pisan, si hablamos nos escuchan.
Los que han estado en mi casa, saben que dos banderas duermen conmigo, Palestina y Cuba, países incomprendidos por este mundo. Países diferentes, no digo justos, pero si singulares.
Siempre Palestina.Yes, we can.
“La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas o sentimientos que en realidad no se tienen”.
Me sorprendo cuando escucho: “Hamas es un partido político formado por terroristas”, “Los palestinos utilizan a niños como escudos humanos…”. Puede que sea cierto, no lo dudo, puede que los métodos palestinos no sean racionales, pero lo son los métodos judíos? Nada más lejos de la realidad. Los palestinos son los oprimidos, no los judíos, no se olviden. El problema de Palestina viene de lejos, no es actual, son muchos años educándose contra sus invasores, contra un pueblo que apareció y se apropió de terreno y vida que no les pertenecía. Hace unas décadas un pueblo nómada, judío, tuvo que instalarse en un terreno del que pudieran apropiarse fácilmente. Con la ayuda de EEUU, y la aprobación de las creencias religiosas, Palestina tuvo un nuevo vecino, sin saber, que en unos años mandaría “la ley del más fuerte”, como pasaba con los invasores, que siglos atrás campaban por el mundo, dirigidos por Hen His Khan en Asia, o Atila, el rey de los Hunos.
Me gustaría ver a los mallorquines o los canarios, si los alemanes se empezaran a adueñar de sus tierras por la fuerza, apoyados por las potencias mundiales, y viendo como el mundo no mira atrás…como reaccionaríamos si no tuviéramos nada? Si no viviéramos en un país desarrollado?
Vivimos en un mundo justo? O resulta que igual que algunas personas tienen más carisma o influencia, algunos países mueven el mundo, con sus millones de personas dentro?
Israel es un país dirigido por políticos marionetas de EEUU, y apoyados por los grandes judíos del mundo, dueños de los medios de comunicación americanos, o de las empresas de automoción más fuertes del mundo…Ni la ONU, ni los países que dicen defender los derechos humanos tienen valentía para opinar y actuar contra un ataque sin sentido, sin razón, sin vida, sin honor…
Hamas es un partido terrorista? Puede ser...Crees que hay alguna familia en Palestina que no le hayan matado a algún familiar cercano los ataques “selectivos” de Israel?
Yo no se que piensan, pero si no tienes nada, sólo tienes la revolución, social, cultural, y política.
Me indigno cuando veo a los palestinos gritando con metralletas por las calles, y nuestros amigos europeos más cercanos te dicen: “es que están locos, míralos”. Para mi son actitudes derivadas de muchos sentimientos arraigados, al igual que en España se llora en Semana Santa por las figuras religiosas más significativas. Sabes que piensan los no católicos cuando ven a miles de personas llorando y gritando para tocar una figura de madera?
Al final todo es cultura, educación, y costumbres, nada nos diferencia de ellos, somos iguales, con más suerte, pero no dejemos de mirar atrás, porque la revolución es la respuesta a todo lo injusto. Cada país a su manera, pero revolucionarios, si nos callamos nos pisan, si hablamos nos escuchan.
Los que han estado en mi casa, saben que dos banderas duermen conmigo, Palestina y Cuba, países incomprendidos por este mundo. Países diferentes, no digo justos, pero si singulares.
Siempre Palestina.Yes, we can.
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