Patria o Muerte.

"Si los que hablan mal de mí, supieran exactamente lo que pienso de ellos, hablarían aún peor"
Sasha Guitry

martes, 16 de febrero de 2010

El Conde de Montecristo (final del libro)

-Tengo que entregaros esta carta de parte del conde.

-¡Del conde! -murmuraron a la vez los dos jóvenes.
-Sí, leed.

Morrel la abrió y leyó:

Mi querido Maximiliano:

Hay una falúa anclada para vos. Jacobo os llevará a Uorna, donde el señor Noirtier espera a su hija para bendecirla antes de que os acompañe al altar. Todo cuanto hay en esta gruta, amigo mío, mi casa de los Campos Elíseos y mi castillo de Treport, son el regalo de boda que hace Edmundo Dantés al hijo de su patrón Morrel. La señorita de Villefort aceptará la mitad, pues le suplico dé a los pobres de París toda la fortuna que adquiera de su padre, loco, y de su hermano, fallecido en septiembre último con su madrastra.Decid al ángel que va a velar por vuestra vida, Morrel, que ruegue alguna vez por un hombre que, semejante a Satanás, se creyó un instante igual a Dios, y ha reconocido con toda la humildad de un cristiano, que sólo en manos de la Providencia está el poder supremo y la sabiduría infinita. Sus oraciones endulzarán quizás el remordimiento que lleva en el fondo de su corazón.

En cuanto a vos, Morrel, he aquí el secreto de mi conducta. No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo.Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema.

Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.Vivid, pues, y sed dichosos, hijos queridos de mi corazón, y no olvidéis nunca que hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras:

¡Confiar y esperar!

Vuestro amigo,
Edmundo Dantés, Conde de Montecristo.


Durante la lectura de esta carta, que le revelaba la locura de su padre y la muerte de su hermano, Valentina palideció; un suspiro doloroso se exhaló de su pecho y lágrimas que no eran menos amargas por ser silenciosas, rodaron de sus mejillas. La ventura le costaba bien cara.
Morrel miró a su alrededor con inquietud.

-Pero -dijo- el conde exagera ciertamente su generosidad. Valentina se contentará con mi modesta fortuna. ¿Dónde está el conde, amigo? Conducidme a él.
Jacobo extendió la mano y señaló en dirección al horizonte.
-¡Cómo! ¿Qué queréis decir? -preguntó Valentina-. ¿Dónde está el conde? ¿Dónde está Haydée?
-Mirad -dijo Jacobo.

Los ojos de los dos jóvenes se fijaron en la línea indicada por el marino, y sobre ella, en el horizonte que separa el cielo del mar, distinguieron una vela blanca, grande como el ala de la gaviota.

-¡Partió! -exclamó Morrel-, ¡partió! ¡Adiós, amigo mío! ¡Adiós, padre mío!
-¡Partió! -murmuró Valentina-. ¡Adiós, amiga mía! ¡Adiós, hermana mía!
-¡Quién sabe si algún día le volveremos a ver! -dijo Morrel, enjugándose una lágrima.
-Cariño -repuso Valentina-, ¿no acaba de decirnos que la sabiduría humana se encierra toda ella en estas dos palabras?:

¡Confiar y esperar!

viernes, 5 de febrero de 2010

Empezamos?

EMPEZAR DE NUEVO

“Toda crisis es, más allá del dolor por la pérdida, una oportunidad de reinventarse y fijar nuevos objetivos vitales”

Julio Cortázar dijo: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”.

¿Qué queda de nosotros cuando nos arrebatan el caparazón de la rutina?¿lo que pensamos que es nuestro mundo?

Cuando empiezas de cero, el principal reto es vivir sin ese mundo conocido, ese conjunto de hábitos que le otorgaban seguridad. Una relación rota, un despido, cualquier momento dramático, nos ofrece la oportunidad de hallar nuestro lugar en la vida. La actitud positiva frente a la pérdida exige un alto grado de de Resiliencia. Empezar de nuevo implica aceptar también todo lo que hemos sido previamente para, desde allí, alcanzar nuevas cotas.

En un mundo en el que nada se destruye, como dice la Física, sino que cambia de lugar, cuando perdemos unas capacidades es para ganar otras.

REDISEÑAR LA NUEVA VIDA

George Elliot: “Nunca es tarde para ser lo que deberías haber sido”.

Se cierra una etapa y empieza otra. En ocasiones, la persona que ha padecido la crisis acaba agradeciendo las nuevas oportunidades que se le han brindado. Cuando empezamos de nuevo podemos decidir cómo queremos que sea nuestra existencia en adelante.

Miguel de Cervantes: “La peor locura es ver la vida tal como es y no como debería ser”.